Relato 1
Relato 2
El hombre invisible
Vivo en un pueblo a las afueras de Galicia, es chiquitito, con pocas casas y un largo bosque donde lo que más me gusta hacer desde hace un parde días, es ir a relajarme para no pensar en lo que descubrí con preocupación.
De manera incontrolada, a ratos, me vuelvo invisible. Probablemente , ya era invisible desde hacía algún tiempo pero no me había dado cuenta. Aunque lo que de verdad me hubiese gustado, ya puestos, era ser igual de fuerte que el Capitán América, ¡Sí Sí!, ese hombrecillo que va con su traje de superhéroe y con un escudo con el que intenta ganar a todo malvado al que se enfrenta. era mi sueño de toda la vida. lo de ser invisible, auqnue es fascinante, me preocupa, incluso me desagrada.
Soy un chico de 18 años, bajito, delgado y al que pocas chicas miran a la cara, dadoq ue soy difícil de mirar. Mi cara es cuadrada con unos grandes ojos y una nariz picuda que sujeta unas gafas desde qu tengo 6 años. Además, no es que vista muy bien ya que me da igual no ir a la moda o llamando la atención del resto de la gente.
Bueno hablemos mejor de mi gran descubrimiento y a ver si vosotros me dais alguna solución para deshacerme de tal cosa.
Esta mañana, camino d ela papelería me crucé con un grupo de niños alborotaods. pensé que era un buen momento para poner a prueba mis poderes, pero en ese momento dos bellísimas mujeres con el pelo largo y oscura salieron de la panadería de al lado charlando animadamente y yo, entusiasmado por mi invisibilidad, a su paso hice loq eu nunca en mi vida me atreví a hacer: les lancé un "¡Guapas!". como era de esperar, las mujeres no me oyeron y continuaron su charla y su camino. Lo cual, en el fondo, no dejaba de incomodarme un poco.
Por fin llegué a la papelería y pedía la vez. nadie me contestó. como era de esperar, ninguna de las seis o siete personas que esperaban turno me vio o me oyó. Además de invisible, era ¿inaudible?. Volví a preguntar:
- ¿La última, por favor?.
Pero nada.
En eso, entro una señora e hizo la pregunta de rigor:
- ¿La última?.
- ¡Yo! - Contestó una señora bajita y gordita dado que estaba embarazada de bastantes meses ya.
Por suerte, en el momento crítico se que per´dí la insivibilidad:
- ¡Perdona, pero estoy yo antes! - Dije con recelo y sin convicción.
- Ah, usted perdone, señor. No le había visto. Pero cuando se llega hay que pedir la vez. ¿sabe? - Me soltó la mujer embarazada.
- Ya perdón, no me di cuenta - dije a modo de escusa po no explicar que a veces me volvía invisible.
Bueno ya sabéis lo que me suele pasar cuando salgo a la calle y la verdad es que ya empiezo a cansarme de esos poderes. Es como estar un poco muerte, y a mi edad, eso de da mala espina.
Pasados los días ya me aburro de ser invisible, por eso, lo de irme al bosque en mis ratos libres. Donde nadie me molesta y lo único que me rodea es el dulce cantar d elos pájaros y el freco aroma de los pinos, amapolas... que inundan ese espléndido paisaje.
Relato 3
Hoy, 28 de Junio, estoy aquí sentada en la Playa de la Malvarrosa pensando que hacer con mi vida, has pasado dos semanas desde que termine mis exámenes de selectividad y ahora me toca elegir que carrera hacer pero el problema viene ahora, tendo dos posibilidades, puedo elegir entre estudiar en mi ciudad mi segunda opción o irme a Madrid a estudiar Medicina, que es mi sueño desde que soy pequeña, pero eso trae muchas consecuencias como ...
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